lunes, 20 de diciembre de 2010

NOSOTROS: Andrés Rivera

En los diálogos que tienen los protagonistas de su novela, en dos oportunidades se menciona que “la política es una mierda”. ¿Usted suscribe en parte esta idea?

–En la novela el personaje no suscribe esa frase, pero la recoge como un eslogan que emana de la propia burguesía. No me ha faltado ocasión de escuchar a quienes decían que con los uniformados estábamos bien porque no te asaltaban en la calle, no le arrancaban una cartera a la señora. Buena parte de la pequeña burguesía argentina es fascista, aunque no lo sepa, aunque algunos se ofendan si se los dice. Pero cuando se exige ley y orden, se es fascista.

–¿Qué consecuencias tiene ese rechazo tan drástico hacia la política? ¿Por qué cuesta tanto percibir que no es posible la vida de ninguna sociedad sin política?

–Piense en aquellos que vivieron la década del ’70. Por esos años se suponía que la revolución estaba a la vuelta de la esquina. Pero eso fue arrasado. Ahí tiene de donde emerge “la política es una mierda”. Están aquellos que lo dicen convencidos tras haber atravesado un momento de euforia, de éxtasis le diría, de participación activa en la militancia política, que luego devino en los años de la dictadura en las persecuciones, los exilios, o en el silencio. Y se empezó a escuchar al vecino, que siempre miró para otro lado, decir que “ahora estamos bien”. La inmensa mayoría de la clase media anhela una mano dura que les haga gozar en plenitud lo que tienen, heredado o no.

–Este personaje de la novela lee permanentemente los diarios y se detiene en varias noticias, sobre todo aquellas que consignan los asesinatos de mujeres en los countries. ¿Cómo funcionan en la novela estas referencias?

–Dan una imagen de este mundo que vivimos. Los burgueses se refugian en los countries porque creen que están seguros. Y allí perpetran sus propios crímenes y salen inmunes. No hay castigos; son cotos cerrados y así lo viven. Llegan con sus autos, los lugares son cálidos, los que tienen buen gusto tienen buenas pinturas, hay buenas comidas y las diversiones del caso.
–¿Esta Argentina country tiene sus raíces en la dictadura militar?

–Sí, ellos pusieron algo para que eso fuera así, pero estaba antes. No es exacto atribuírselo a los militares. Pero la llegada del proceso fomentó esta uniformidad que se cobija en los countries. Hoy los medios no se cansan de publicar un crimen en un country, que es noticia de tapa pero a los tres días está recluido en un recuadro en página impar, en el diario que sea.

Página 12, (Abril de 2010)

sábado, 18 de diciembre de 2010

NOSOTROS: Feinmann y el Poder Mediático

–¿Qué sucede con el poder mediático cuando otro poder, un gobierno, algo inédito por estos pagos, lo enfrenta?

–El sujeto mediático es el nuevo sujeto absoluto. Esta tesis es de una enorme riqueza. Creo que soy el primero que la postula, pero si no es así, me importa poco. El sujeto está más centrado que nunca. El sujeto hegeliano hoy se ha encarnado en el inconmensurable propietario de medios de ultraderecha Rupert Murdoch. La News Corporation, el Times, el New York Times, la Fox y otras corporaciones. Ojo: no sería raro que el grupo Clarín fuera un desprendimiento menor del poder de Murdoch y la News Corporation. Esta centralización del poder mediático ha restaurado todos los poderes abominables del sujeto cartesiano. El nuevo sujeto absoluto coloniza las subjetividades, entra en las casas, utiliza todos los medios que le son posibles. Desde Jack Bauer y las torturas exaltadas como necesarias en la lucha contra el terrorismo, hasta Tinelli y el culo de Luli Salazar. Tinelli y sus culos son altamente idiotizantes, hablo en serio; lo que busca el sujeto centralizado del siglo XXI es idiotizar las conciencias. ¡Cómo no van a ser altamente funcionales Susana Giménez o Mirtha Legrand! El sujeto absoluto mediático opera por medio de monopolios y oligopolios. Un gobierno, si quiere un control nacional de la información y de lo que llega a la ciudadanía, debe combatir a los oligopolios mediáticos que imponen una sola verdad, la de ellos. Esto explica la lucha de Cristina Crishner contra los monopolios mediáticos; uso “Crishner” para unir a Cristina con Néstor y pienso no dejar de hacerlo. Es una lucha por la autonomía del sujeto libre, una lucha por la diversidad de voces; diversidad que proponía el posmodernismo, pero que parece que sólo en América latina se está llevando a cabo. Mientras se escucha la verborrea fascista de Berlusconi y Sarkozy, en la Argentina se lucha contra el capital, que hoy tiene su expresión fundante en la concentración de medios.
Página 12, sábado 18 de diciembre de 2010

viernes, 17 de diciembre de 2010

NOSOTROS: Correa y la izquierda dogmática

–¿Por qué cree que los procesos populares de la región tienen el rechazo no sólo de la derecha, sino también de la izquierda más dogmática?
–Los peores enemigos de los procesos de revolución de cambio son los dogmáticos de izquierda. Mire lo que le pasó a (Salvador) Allende... Esto es historia repetida. Esa izquierda boba y corrupta ya perdió su visión histórica y lo que busca es defender intereses corporativos con la mejor aliada que es la derecha. En Ecuador, la mayoría de los grupos de izquierda están con el gobierno pero hay un grupo de extrema izquierda que busca mantener su control en cortes, universidades, maestros, sin importarle la calidad de los establecimientos educativos o de la Justicia. Y para imponerse contra un gobierno de cambio también está el partido indígena, no todos los indígenas sino el partido. No hay nada más peligroso que la izquierda boba y deshonesta.
Revista Veintitres, diciembre de 2010

lunes, 6 de diciembre de 2010

NOSOTROS: Fanego y el compromiso

–Hace unos meses se instaló la discusión acerca del compromiso político del actor.

Todos tenemos derecho a tener una mirada política, lo digamos o no, lo queramos reconocer o no. Estamos en un mundo en conflicto y la indiferencia también es una postura política. La vida es así: hay negro, blanco, hay ricos, hay pobres; hay quien tiene demasiado y quien no tiene nada. Si me mantengo independiente, soy parte del conflicto. Durante mucho tiempo fui independiente de un partido político, anduve suelto por ahí, veía dónde ponía el voto porque no sabía dónde militar. Pero la indiferencia no me va. Todos tenemos una postura, un pensamiento ante la vida: si está bien el matrimonio igualitario, si está bien el aborto, si está bien fumarse un porro, o está mal. Lo que sucede es que yo también soy una persona además de actor. Y lo cierto es que yo como persona tengo mi ideología política y estoy muy feliz de tenerla. Quiero convivir con eso también y tengo todo el derecho a aprobar o denostar a un determinado gobierno. Teatro por la Identidad nace un poco de eso. De la voluntad de un montón de tipos como yo, que teníamos nuestro nombre o prestigio y lo pusimos al servicio de la causa de las Abuelas, y vimos el resultado que tenía. ¿Por qué tengo que ocultar mi pensamiento sobre un proceso político que se está viviendo en el país? Y además veo que no estoy solo. Antes veía que era un problema mío nada más, pero la muerte de Néstor puso negro sobre blanco en un montón de cosas. Y me di cuenta de que no estaba solo. Un montón de compañeros están al servicio, y no es que se vean beneficiados por nada.

–Pero se generaron algunas preguntas y se los acusó de estar comprados.

–Yo me lo vengo comiendo desde la época de las elecciones en la ciudad, Filmus-Macri. Los chicos de CQC me preguntaron cuánto me garpaban. Yo les preguntaría a ellos cuánto cobran por hacerle campaña a Macri. Evidentemente algo reciben a cambio. Vivo de mi trabajo hace 23 años. Desde la dictadura hasta acá he vivido de mi trabajo, siempre me organicé para vivir lo más dignamente posible tratando de no renunciar a mis convicciones. Y no me arrepiento para nada. Últimamente lo digo con más contundencia. Si me he moderado por mucho tiempo, considero que ha sido un error. Durante estos siete años, a la gente le parecía que estaba bien hablar mal de Kirchner a los gritos, y uno, por cuidadoso, no daba a conocer su opinión. Ahora es al revés, si quieren entrar en rosca, entramos en rosca.

–¿Y eso le ha traído consecuencias?

–Sí, las trae. Yo festejo mi cumpleaños el 30 de marzo. Durante mucho tiempo, al pie del diario Clarín, salía ahí. Este año me sacaron. No sé si eso es una consecuencia, pero dejé de cumplir. Me clavaron en 54. Pero uno sabía que esas serían las consecuencias. No es novedoso y tampoco la primera vez que ocurre. No me llama demasiado la atención.

–No lo amedrenta.

No, me envenena. Lo que empieza a revelarse es que estos estaban atrás de aquellos enemigos.

–¿Y la televisión está dentro de esa tesitura?

–Cuando nosotros en el ’91 nos paramos en contra de las privatizaciones, hicimos muy bien. Fue muy coherente. Trabajé en la televisión privada, espero seguir haciéndolo, aunque hay lugares donde parece que me negaron la entrada.–¿Cuáles serían esos lugares?–Ocúpense ustedes de averiguar. Ustedes saben qué actores no están en pantalla y por qué no están. No nos pongan a nosotros a decirlo. Yo no voy a decir que estoy prohibido ni voy a ofender la memoria de los prohibidos. Alguien puede decirme “pasaste de moda, Fanego” y callarme la boca.

Revista Veintitres, Domingo 5 de diciembre de 2010)