lunes, 21 de diciembre de 2009

NOSOTROS: Evo (EEUU y el imperialismo/terrorismo)

“Estados Unidos no tiene ninguna autoridad para hablar de terrorismo cuando ellos son los que practican terrorismo enviando tropas militares a otros países y sentando bases militares en algunas regiones de este planeta”...



“Quiero decir al Departamento de Estado y especialmente a su gobierno: somos un país soberano, somos dignos y no aceptamos ninguna advertencia ni amenaza. Sin el imperialismo, sin el capitalismo, Bolivia está mejor todavía. Dicen que Irán exporta terrorismo. ¿Saben quiénes exportan terrorismo? Aquella gente que manda tropas a otros países, los que instalan bases militares. Ellos son los que practican y hacen terrorismo. Es el gobierno de EE.UU. el que practica y hace terrorismo”

viernes, 11 de diciembre de 2009

ELLOS: milicos genocidas


El ex jefe del III Cuerpo del Ejército, Luciano Benjamín Menéndez, sumó este viernes su tercera condena a prisión perpetua por violaciones a los derechos humanos durante la última dictadura militar. Además, el Tribunal Oral Federal Nº 1 de Córdoba, que lo juzgó por el secuestro, tortura y asesinato del subcomisario Ricardo Fermín Albareda y los secuestros y torturas aplicados a otros nueve sobrevivientes, le revocó la prisión domiciliaria y dispuso que el represor cumpla su condena en una cárcel común.

Antes de escuchar su condena, la segunda por crímenes de lesa humanidad en Córdoba, el ex militar se defendió al asegurar que los cargos que se le atribuyen se deben a la “amenaza del comunismo” e insistió en que “los guerrilleros” están en el Gobierno "ocupando puestos" bajo "una piel de corderos".

martes, 8 de diciembre de 2009

NOSOTROS: contra la TV Facha



Florencia Peña:

“No estoy de acuerdo con lo que salieron a decir Mirtha, Susana y Tinelli, que enarbolen esas banderas como única verdad. Nací en medio del Proceso y mi generación tuvo un especial énfasis en comprender qué había pasado. No quiero un modelo de milicos reprimiendo ni una policía enturbiada por el ‘Fino’ Palacios y Ciro James. Eso sólo trae más violencia. Quiero la construcción de una Argentina más justa.”

“Creen que la inseguridad se combate con represión, pero muchos pensamos distinto. Hay que atacar a la inseguridad, pero no desde las posiciones de la burguesía. Por decir estas cosas se me cerraron puertas y me negaron tapas, pero igual me la rebanco”.

Julieta Díaz:

“Me pongo la remera porque creo profundamente que no debería ser necesario hacer una campaña ni ponerse una remera por esta causa. El juicio y castigo a los genocidas es algo que tiene que ser así y que a esta altura tengamos que seguir peleando para que se haga justicia la verdad que es una vergüenza. La dictadura logró diezmar a una generación y diezmó opiniones, logró crear miedo, que por supuesto era su objetivo. Ahora está más dividido todo, aunque no creo que haya más compromiso ahora que antes.”

“Ante la inseguridad: salidas de mano dura, no –manifiesta–. Creo que hay que ir a la raíz del problema, a la desocupación, a la violencia familiar, hay que trabajar con los chicos y los adolescentes porque hay chicos de doce, trece, quince años que roban. Los castigos tienen que ser razonables, pero sin mano dura, justicia por mano propia ni ninguna de esas cosas.”

Julieta Ortega:

“Siempre es mejor decir que no decir, aunque no creo necesariamente que una persona pública tenga la obligación de salir a decir cosas. El compromiso es con uno, con las propias ideas. Apoyo el pedido de juicio y castigo a los militares de la dictadura porque, a diferencia de lo que piensa alguna gente, es indispensable. En un país con 30.000 desaparecidos y varios genocidas todavía sueltos, hay que mirar hacia atrás. Estoy convencida de que no hay paz posible en un país sin memoria. Observar el pasado, recordarlo o pensarlo es la única manera que tenemos de asegurarnos de que no vuelva el terrorismo de Estado.”

“Es un tema mucho más complejo y profundo de lo que nos quieren hacer creer y, por lo tanto, merece un debate más amplio. No creo que se resuelva con slogans televisivos”.

Damián De Santo:

“La inseguridad es un gran negocio de la seguridad. Los policías retirados y la mano de obra desocupada manejan ese gran negocio en los countries. La inseguridad estuvo siempre, sólo que hoy tiene más prensa”.

Violeta Urtizberea:

“No soy millonaria, pero me considero una beneficiada: en ningún momento me pondría como víctima de esta sociedad. A veces me pasa que veo a la gente con auto descapotable, ostentando, y pienso: ‘Y bueno, jodete si te roban’. Lo pienso de verdad y tengo un montón de discusiones por eso. Si alguien revisa la basura y vos salís con un descapotable, eso genera violencia. No quiero hablar de nadie en particular, pero no entiendo cómo puede haber gente que se muestre indignada y dolida en su mansión. Ese es el discurso oligarca. Pero sí entiendo a las víctimas de los hechos violentos delictivos.”

Anabel Cherubito:

“Hablé del asunto después de bailar en el programa de Tinelli. Fue raro para los demás, no tanto para mí. Ojalá que haya cárcel común y perpetua para los genocidas. Me importaba dar ese mensaje desde un programa que se ve mucho ya que no veo a los medios masivos de comunicación muy interiorizados en el tema”

“Este es un país pobre y desigual, y en los países pobres y desiguales siempre existió el delito. Respecto de los dichos de los famosos sobre el tema, opino como Florencia Peña. Es terrible la manipulación de los medios, a veces parece como si estuviéramos en medio de una guerra civil. No ayuda a que un país crezca. Le aconsejaría a la gente que busque otras opiniones. No digo que no exista la inseguridad, pero a veces la gente repite lo que se dice en los medios.”

domingo, 6 de diciembre de 2009

ELLOS: obispo Aguer (sexualidad)


“Ahora queda claro que la unión civil que ya se había aprobado en la Ciudad de Buenos Aires para personas del mismo sexo era sólo un primer escalón en este avance con el que se quiere llegar a la completa adulteración del orden familiar”. En su programa que se emite por el canal América, el arzobispo platense Héctor Aguer desestimó también que el impedir los casamientos homosexuales sea discriminatorio: “Nadie discrimina a nadie. Aquí lo que hay que salvaguardar es la realidad natural e institucional del matrimonio como fuente de la familia, sin la cual no puede haber una sociedad digna del hombre”. (22 de noviembre)

Un manual elaborado por expertos de los ministerios de Educación y Salud de la Nación dio pie a un exaltado “mensaje” del arzobispo de La Plata, Héctor Aguer, quien puso si no el grito al menos el texto en el cielo, ante lo que consideró de inspiración neomarxista”. Aún más: el Material de Formación de Formadores en Educación Sexual y Prevención del VIH/sida –que fue avalado por organismos internacionales– resulta “reduccionista” y “constructivista” para monseñor.
Aguer también encontró que la recopilación de materiales, en la cual “la ideología de género se expresa (...) con el máximo rigor”, tiene un “designio profundo”: la “‘desconstrucción’ (sic) de una concepción de la sexualidad de acuerdo con el orden natural y con la tradición cristiana”. Se trata, en suma, de un texto ateo, con espíritu coercitivo, que atropella la libertad de conciencia, la de enseñar y también la de aprender. “Resulta una especie de religión secular, ajena a la tradición nacional y a los sentimientos cristianos de la mayoría de nuestro pueblo.”

jueves, 3 de diciembre de 2009

NOSOTROS: León Gieco (inseguridad y menores)



“Criminalizar a los pibes es empezar la casa por el techo.” Con su habitual contundencia, León Gieco se pronunció así en materia de seguridad luego del recital a beneficio que anteanoche brindó en Mar del Plata para 800 personas. “Algunos medios de comunicación muestran un boliche donde todos los chicos están drogados, todos borrachos y se pelean. Esos medios no muestran a la juventud que estudia, a los pibes que juntan ropa para llevarla a Catamarca o a San Juan”, denunció Gieco, antes de sacar sus propias conclusiones, para nada forzadas: “Lo que pasa es que la sangre vende”. Por eso, instó a “brindar educación y salud” a los más chicos, para que no siga ocurriendo que “un pibe con un arma, drogado, no piense si lo van a meter en cana o no porque tenga 13, 14 o 15 años”. Sin tomar una posición de negación infundada, Gieco admitió que “hay inseguridad”, pero remarcó que “también hay que tener en cuenta que en Buenos Aires hay 15 millones de personas que se levantan para ir a trabajar y millones de pibes que van a estudiar”.

León Gieco, 2 de diciembre de 2009

domingo, 29 de noviembre de 2009

ELLOS: Llambías (La Patria de Martínez de Hoz)

Mario Llambías, titular de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), dijo en el escenario de la exposición anual de la Sociedad Rural, en julio pasado: "Martínez de Hoz fue el presidente de la Sociedad Rural y merece todos mis respetos.” La frase del titular de la CRA fue coronada por una ovación. Luego el dirigente se esmeró en aclarar que sus elogios estaban destinados a José Toribio Martínez de Hoz, fundador de la SRA, y no a su bisnieto José Alfredo, ministro de Economía de la última dictadura militar. Pero la confesión ya estaba hecha: el homenaje de Llambías reveló, con más elocuencia que nunca, quiénes –y cómo– son los próceres en el país de sus sueños.



Junto al apellido, José Toribio –como primogénito de once hermanos– heredó el nombre de pila, dos explotaciones agropecuarias, la afición por la política y la aptitud para los negocios. Estas últimas actividades, por cierto, se desarrollaron juntas: fiel a la tradición familiar, la vida pública de Martínez de Hoz sirvió de eficaz vehículo para promover y proteger sus propios intereses económicos.

Como senador nacional por Buenos Aires y miembro de la Convención Nacional de 1860, José Toribio fue un entusiasta impulsor de la segunda etapa de la “Conquista del desierto”, que a diferencia de la primera –ejecutada por Juan Manuel de Rosas y financiada por su padre, entre otros estancieros-, no sólo pretendía repeler a los malones. En este caso, el plan era más radical: erradicar al indio de la faz de toda tierra cultivable.

Los Martínez de Hoz, los Stegman, los Olivera, los Madero y los Casares, entre otras familias fundadoras de la SRA, fueron las beneficiarias directas de la expansión territorial. Por sus “aportes patrióticos” a la Conquista, fueron retribuidos con millones de hectáreas a lo largo y ancho del país.
Fue el comienzo de un país dominado por las castas agropecuarias que, bajo el espejismo de una “Argentina granero del mundo”, propició la concentración de la riqueza, postergó el arribo de la revolución industrial y sujetó la economía nacional a los vaivenes de los precios agrícolas.
Pero José Toribio no alcanzó a ver las consecuencias de su obra. Murió prematuramente en 1871, a los 48 años. Su legado, sin embargo, sigue intacto. Como el propio Llambías se encargó de recordarlo.

Adrian Murano, Revista Veintritres (30 de julio de 2009)

viernes, 20 de noviembre de 2009

NOSOTROS: Martín Caparrós (Tinelli y la inseguridad)

Aclaración: la nota es larga, pero excelente... No se la pierda



El derecho a la vida

Durante años me resistí a escribir sobre el señor Tineshi porque me apenaba perder el tiempo en ese maestro de la pérdida del tiempo, lanzar idioteces a propósito de ese propagandista de la idiocia pero hoy, ay, me convencí de mi error persistente. Ya no puedo seguir negándolo y negándome: el señor Tineshi es un referente nacional. Más preciso: el señor Tineshi es uno de los signos más claros de la decadencia argentina, un síntoma visible del derrumbe. Hay que aceptarlo: que el señor más escuchado de la escena patria sea uno que no consigue decir lo que querría decir nos dice cómo estamos.
Hace dos días el señor Tineshi lanzó, en su kermés de bataclanas, la proclama más vista y revista, repetida y petida de la televisión argentina de los últimos tres días, quince horas y veintiséis minutos. Dijo, como ya todos saben, que “acá están matando a la gente por la calle de una manera impresionante y todavía estamos discutiendo si metemos presos a los de 16, de 17, si los derechos humanos… ¡El único derecho humano es el derecho a la vida!”, remató, acogiéndose al abrigo traicionero del lugar común.
Que se te cumplan los deseos era una vieja maldición gitana; sería bueno que el señor Tineshi recibiera de los hados satisfacción completa a su pedido: que su único derecho humano fuera el derecho a la vida. Y que, por lo tanto, perdiera su derecho al trabajo –gran momento–, su derecho a la propiedad –bruto remate–, su derecho a la libre circulación –duro para la 4x4– o, incluso, su derecho a la libertad y lo encerraran en un cuartito oscuro durante, digamos, treinta días –o nueve años, ya que estamos–, o una semana y media, lo que le parezca al carcelero. Todo para complacerlo –y que su único derecho sea el de la vida.
Así entendería, quizá, las vidas de muchos de los turritos que andan matando por ahí: pobres hijos de puta pobres que sólo tienen lo que el señor Tineshi desea con exclusividad, el derecho a la vida –y muy poco, y casi ningún otro. Es una obviedad –para eso estoy– decir que nunca nadie lo vio así de convulsivo exigiendo los otros derechos de esos tipos. Y nunca así de convulsivo exigiendo, un suponer, soluciones para los diez bebés que se mueren cada día en la Argentina por causas evitables o para los diez adultos que se mueren cada semana en la Argentina por el mal de Chagas porque no tienen derecho a su salud y no reciben la asistencia que él, gracias a dios y a su dinero –el del señor Tineshi, no el de dios– sí consigue. Pero claro, la inseguridad es igualitarista –y tiene la mala idea de no amenazar sólo a los pobres.
Así, quizás, en sus horas de cavilaciones –en el ejercicio de su derecho único a la vida–, el señor Tineshi repensaría lo que siguió diciendo en su kermés: que no importa si la solución es de derecha o de izquierda, que “lo único que quieren todos los habitantes es vivir en paz en este país, quieren paz y justicia, nada más que eso”, y que “alguien haga algo”. Éxito de la Gran Macri: la solución no es de izquierda ni derecha, no le metamos ideología, “desideologicemos”. Como si –una vez más– ideología fueran las ideas de la izquierda y las de la derecha fueran sólo lógica, el sentido común.
Pero resulta obvio –y aburrido repetirlo tanto– que cualquier solución que se plantee para cualquier problema supone una ideología, porque las soluciones serán distintas según quién las proponga desde dónde. En el tema de la inseguridad, la derecha lo tiene claro: quiere una policía que tire a matar y miles de chicos pobres encerrados, como viene sintetizando uno de sus líderes, el comandante Scioli. La propuesta es cerril –y demostró su ineficiencia tantas veces. El problema es que la izquierda no parece tener nada para ofrecer en cambio.
Es una de esas paradojas que, en la política argentina, crecen silvestres: este nivel de violencia existe porque los gobiernos más derechistas de nuestra historia reciente –militares, Menem– armaron una economía y una sociedad que excluyó a millones de personas y los condenó a una vida sin modelos, sin expectativas, sin zanahorias para seguir en la carrera ordenadita. Pero es la derecha la que aprovecha el resultado de su propia brutalidad para ganar apoyo pidiendo mano dura, represión, pena de muerte: si no fueran tan tontos, algún espíritu maquiavélico podría pensar que lo hicieron a propósito desde el principio. Yo no, pero lo cierto es que la tranquilidad pública es terreno de la derecha y la “izquierda”, la “centroizquierda”, el “progresismo” –¿para cuándo un nombre que no tengamos que decir entre comillas? ¿No sería hora de empezar a buscarlo?– se callan la boca.
Un clásico: las ¿izquierdas? se limitan, en general, al diagnóstico sabido. Hablan de “sensación de inseguridad”, y es cierto que los medios la inflan todo lo posible, pero –más allá de sus bases concretas– ya es una sensación compartida por la mayoría y cuando una sensación tiene tal presencia pasa a ser una realidad social: “La objetividad es la subjetividad del mayor número”, escribió hace mucho el compañero Gramsci. Y, sobre todo, las ¿izquierdas? insisten, con razón, en que las exclusiones y desigualdades producen este grado de desintegración y de violencia, pero ese análisis no implica medidas que funcionen en un plazo más o menos pensable. Por supuesto: si hubiera más trabajo, más escuelas, más futuros, muchos chicos dejarían de creer que lo único que pueden hacer en la vida es agarrar un fierro, pero eso –si pudiéramos conseguir que sucediera o sucediese– tardaría con suerte diez o veinte años. Y, mientras tanto, las ¿izquierdas? se quedan sin saber qué más ofrecer para calmar el miedo colectivo; lo cual no sólo las deja fuera de uno de los debates más encendidos del momento sino que, además, entrega el terreno a la derecha segurista: a los que usan el aumento de la delincuencia para afirmar agendas represivas y, junto con ellas, a los políticos que quieren aplicarlas.
Ellos sí tienen claro qué proponer, decíamos: mandar a los jueces a enterrar a los chicos, a la policía a matar más. Las ¿izquierdas? deberían pensar qué les oponen: imaginar, pese a su repugnancia natural y loable, formas de reducir la violencia social. Para empezar, producir un debate inmediato decisivo sobre el papel de la policía en todo esto. Este diario inició hace unos días una serie fecunda sobre los robos de autos, los desarmaderos y la participación de funcionarios y policías en el negocio –que muy pocos ignoran. Es imposible hablar con pibes chorros o abogados o periodistas del ramo o jueces varios sin que te cuenten cómo cierta policía del conurbano manda chicos a robar: cómo la policía es una de las grandes responsables del auge del delito, porque no sólo no lo contiene sino que lo produce. Allí ya hay una diferencia básica entre derecha e ¿izquierdas? No es sólo una cuestión de preferencias y prejuicios: que la policía, como quiere la derecha y grita Scioli, mate a algunos chorros más, no arregla nada cuando es esa misma policía la que los manda a afanar o apaña sus afanos. Y, por lo tanto, las ¿izquierdas? deberían pensar formas urgentes de transformarla para que pase de amenaza a garantía. No es fácil, pero es indispensable.
Es sólo un dato en una cuestión más que compleja. Hay varias ciudades latinoamericanas que han encontrado formas de disminuir su delincuencia sin transformarse en máquinas de matar marginales o de controlar cada movimiento de sus ciudadanos. En la Argentina también se han hecho esfuerzos –parciales– de ese tipo: creo que las ¿izquierdas? tienen que convocar a esos grupos y personas, interesarse en lo que hacen, pensar, discutir, y organizar una propuesta para ofrecer a la sociedad. Salir de esta etapa diagnóstica y proyectar y ofrecer un tratamiento urgente. Digo, para que la solución no consista en más muertes y más violencia de este Estado de taifas y, sobre todo, para que la derecha no aproveche el problema que creó para seguir creando el mismo tipo de problemas y gobernar gracias a ellos y hundirnos más todavía en esa espiral de donde, se ve, nos resulta tan difícil salir. Digo, para cuidar también, entre tantos derechos desdeñados, el derecho a la vida.

Martín Caparrós, diario Crítica de la Argentina (05-11-09)

lunes, 16 de noviembre de 2009

NOSOTROS: Eduardo Aliverti (Famosos e inseguridad)


"Y también cuelan por allí los sociólogos Marcelo Tinelli, Mirtha Legrand, Jorge Rial y Susana Giménez. Gente ducha si la hay en el análisis de la fenomenología política, el instinto ideológico diría que son el reflejo de una parte de la sociedad que no termina de aprender nunca. Craso error: son absolutamente coherentes. Su cabeza pasa por acabar con la inseguridad con el simple expediente de bala limpia, camiones hidrantes y marchas con el himno a cuestas. Llaman a la represión y tienen bien aprendido que con los milicos estábamos mejor".

Eduardo Aliverti, Página 12 (Lunes 16 de nov de 2009)

miércoles, 11 de noviembre de 2009

ELLOS: Tinelli, Mirta y Susana (Inseguridad)




MILLONARIOS DE TV EXIGEN SEGURIDAD
Presión de la farándula contra delitos y piquetes

Las estrellas más convocantes de la televisión, todas ellas millonarias, doblaron sus críticas por la inseguridad y los reclamos sociales. Tras los pedidos de Marcelo Tinelli y Mirtha Legrand, Susana Giménez se apuntó este martes con polémicas declaraciones. Sin pelos en la lengua exigió que se reprima los piquetes, mientras avanza la idea -según los rumores, de "Chiquita"- de convocar a una marcha ciudadana.
Susana salió este martes a exigir represión. “Estoy harta de escuchar que no repriman. Si no se reprime, es un caos”, señaló la conductora en una comunicación con Radio 10. Y hasta se animó a defender su postura con un guiño a la “high society”. “Andá a cortar la 5ta Avenida en Nueva York o Le Champs Elisée en París, viene un camión de agua y te barre”, dijo indignada.
Sin hacer referencia a las razones que derivan en esas manifestaciones, Susana apuntó a los paros y las marchas que los últimos días caotizaron la ciudad. La diva cree que “no se puede tomar un país, no se pueden cortar las calles. El derecho de los demás termina cuando empieza el del otro”, objetó. Y cerró: “La gente llega tarde al laburo, se pone nerviosa, todo aumenta, no les alcanza la guita, es un caos, esto es un caos y hay que terminarlo”, reclamó Giménez.
Por su parte, Tinelli respondió a la presidente Cristina Kirchner, quien sin nombrarlo sugirió que utilizaba a los pobres para lucrar con su programa, Showmatch. El conductor tomó el mensaje y dijo: “Creo que lo mejor es hacer, para algunos que se molestan si un chico llora... Los otros días la escuchaba a la señora Presidenta en televisión, se horrorizaba de ver a los chicos en televisión. Y llamó a los pobres en comparación como negros. Es terrible verlo así”.
"Por Dios, qué violencia, qué locura... lo que le pasó al jugador a Fernando Cáceres, al otro muchacho que le pegaron un tiro al lado de su mujer embarazada, al chico de Tigre... Acá todavía estamos discutiendo si los metemos preso, si 16 , 17, si los Derechos Humanos... El único derecho humano es el derecho a la vida y están matando a la gente por la calle de una manera impresionante", afirmó Tinelli días atrás, metiéndose también en otro tema escabroso, como es la baja en la edad de inimputabilidad de los menores.
“Chiquita” confirmó que ya se comunicó con la otra “star” para avanzar en su idea de convocar a una marcha para exigir medidas contra la inseguridad. Tomando la línea “internacionalista” de Susana, confesó haber regresado de sus vacaciones por Miami sorprendida por la tranquilidad que se vive allí.
"Tenemos que juntarnos para organizar algo contra la inseguridad, nos están matando a todos. Hay que salir a la calle y pedir seguridad. No se puede vivir así. Señora presidenta use la cadena nacional para hablar sobre este tema", dijo Legrand hace dos días.

viernes, 30 de octubre de 2009

ELLOS: Aguinis, Bussi y demás (el CHE)


El viernes 25 se presentó en un hotel de Tucumán el libro de Nicolás Márquez, El Canalla: la verdadera historia del Che. Márquez es la promesa joven de quienes glorifican la represión dictatorial, porque en el momento del golpe de 1976 sólo tenía un año, lo cual lo constituye en aquella “cría del proceso” que imaginó Videla. Sus escritos reivindicativos del terrorismo de Estado son difundidos en sitios web y también tenía un programa radial con Karina Mujica, presidente de “Argentinos por la Memoria Completa” hasta que un programa de televisión la filmó en el prostíbulo donde completaba sus ingresos. La presentación del libro fue organizada por Fuerza Republicana y la coordinaron Ricardo Argentino Bussi, hijo del ex dictador, y el concejal Claudio Viña. El locutor que presentó a Márquez dijo que es “una persona sana que no se deja influir por las verdades de terceros ni mucho menos por intereses partidarios”. Bussi explicó que lo habían invitado porque su padre sufre prisión por las ideas del Che. “Es muy importante escuchar una verdad distinta, porque nosotros no creemos en la verdad única.” Como Karina Mujica, Márquez tiene una doble vida: su ex mujer lo denunció por violencia familiar y por abuso sexual contra la hija de ambos, de cuatro años. Cuando la mujer quedó embarazada, Márquez le exigió que abortara y comenzó a pegarle por su negativa. Esto fue causa de la separación y de dos denuncias por violencia familiar que finalizaron en audiencias de mediación. También lo demandó por la tenencia de la niña y por el pago de alimentos.

La denuncia por abuso sexual contra la criatura fue presentada el 8 de septiembre de 2008. La nena tenía crisis de llanto repentino, miedos, y vómitos y paspaduras en la zona genital al regresar de la casa de su padre, de quien dijo que le pegaba. Ante un cuadro de fiebre alta un pediatra de la Clínica Pueyrredón de Mar del Plata diagnosticó que no obedecía a causas clínicas. Cuando la niña dijo que el padre la lamía, la derivó a una psicologa infantil. La nena le narró que su padre también le había tocado los genitales. La psicóloga consideró que el relato era confiable y certificó el abuso. Márquez dijo que era “un juego”. En cuanto se interrumpió el contacto, la conducta y la salud de la niña mejoraron. Cuando supo que ese dictamen sería aportado a una denuncia judicial Márquez presentó otra, por “hostigamiento”, contra su ex mujer. Se presentó como víctima de una “relación de pareja desavenida”. La fiscal Daniela Ledesma archivó la causa por abuso, considerándola una estrategia de la mujer por los conflictos de pareja, pero el Fiscal General de Mar del Plata Fabián Uriel Fernández Garello, dispuso su reapertura. La ex mujer de Márquez cuestionó que no se hubiese dado intervención a la Asesoría de Menores e Incapaces. Resulta increíble que este “activista incansable de la derecha argentina, defensor a ultranza de genocidas” se sienta “hostigado”, “temeroso” y “dañado” y haya debido someterse a “terapias psicológicas y psiquiátricas”, a causa de los reclamos de la madre de su hija, dice la demanda. Actualmente Márquez puede ver a la pequeña en lugares públicos, acompañado por una persona de confianza y bajo el control visual de la madre de la niña, pero prefiere no verla. En su currículum oficial, Márquez detalla que realizó cursos de “terrorismo, contraterrorismo y narcotráfico” en la Universidad Nacional de Defensa de los Estados Unidos y se jacta de haber colaborado con el Hispanic American Center for Economic Research (HACER), de Washington . Uno de los miembros de HACER es el ex agente del Batallón 601 de Inteligencia del Ejército, Julio Cirino, uno de los compañeros de Astiz, Etchecolatz y Von Wernich en el pabellón de lesa humanidad de la cárcel de Marcos Paz. HACER, cuyo objetivo es la defensa de “la libertad y el libre mercado”, organizó en abril en la Legislatura Porteña un congreso sobre “Desafíos y expectativas postelectorales”. Se había anunciado que lo presidiría el vicepresidente Julio Cobos, quien no asistió. Quienes no faltaron fueron el propietario del diario La Nueva Provincia Vicente Massot, quien debió renunciar como viceministro de Defensa de Carlos Menem luego de defender la tortura en un reportaje, la diputada Nora Ginzburg, Marcos Aguinis y el propio Márquez.

http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/subnotas/132503-42713-2009-09-27.html

ESTE HIJO DE PUTA, PRETENDE DENUNCIAR LA VERDADERA IMAGEN DEL CHE... "Nosotros o ellos"

martes, 27 de octubre de 2009